Capítulo 1686
En tan solo cinco minutos, Azula ya estaba subiendo al coche enviado por la familia Pinales.
La noche en la carretera era tranquila con pocos autos, así que el viaje fue rápido y en media hora ya habían llegado.
El mayordomo le habia informado a Sr. Lisandro Pinales sobre la llegada de Azula, así que el patriarca todavía no se había retirado y la esperaba en la sala.
Al enterarse de la llegada de Azula, Don Lisandro incluso se levantó para recibirla.
El mayordomo rápido se acercó para apoyarlo, “Sr. Lisandro, la muchacha es joven, no necesita que vaya personalmente a recibirla.”
Don Lisandro lanzó una mirada gélida al mayordomo, “No pienses que no sé que eres igual que los otros miembros de la casa, todos quieren aprovecharse de esa niña.”
Esas palabras helaron la espina del mayordomo, “Señor, yo…”
El Sr. Lisandro continuo, “Azula puede ser la ficha que la familia Mandes usa para acercarse a nosotros, pero también es la esposa que he escogido para Maurito. Si en el futuro Maurito asume el liderazgo del Grupo Pinales, ella será la señora de la familia Pinales.”
Ni siquiera estaba seguro de que Mauro pudiera tomar el control del Grupo Pinales, y esa muchacha sería la futura señora de la casa, sin saber cuántos obstáculos le esperabang2
El mayordomo pensaba que quizás esa niña tímida no podría llegar al final.
Pero aun así, respondió respetuosamente, “Señor, ya sé cómo tratar a la señorita de ahora en adelante.”
El Sr. Lisandro replicó, “Has estado a mi lado por décadas, ¿todavía necesitas que te guíe? Parece que estás retrocediendo con la edad. Si no puedes manejar las cosas en el futuro, mejor retirate.”
Escuchando esto, el mayordomo se asustó tanto que no se atrevió a decir una palabra, “Don Lisandro, usted quédese aquí, yo iré a recibir a la niña Azula.”
Pero Azula ya había llegado, “Abuelo… siento mucho molestarte a esta hora, ¡lo siento mucho!”
Su voz era dulce y cortés, incluso la palabra “abuelo” resonó tan cariñoso que llegó directo al corazón del anciano.
El Sr. Lisandro sonrió y dijo: “Antes, si no te buscaba, tú tampoco venías a buscarme. ¿Sucedió algo hoy para que vinieras?”
Azula se acercó al Sr. Lisandro sin rodeos, “Abuelo, me encontré con una situación que no puedo manejar sola y necesito pedir su ayuda.”
La familia Helena tenía cierta influencia en la Ciudad Capital, y Azula sabía que no podía competir con ella.
Pero Azula contaba con el poderoso respaldo de la familia Pinales, y al fin y al cabo, todo había comenzado por Mauro. Tenía un gran apoyo y sería un desperdicio no usarlo.
El Sr. Lisandro asintió, “Dime, con el abuelo aquí, no tienes nada que temer.”
Desde que Azula llegó a la familia Pinales, solo Don Lisandro siempre había sido amable con ella. No importaba si era sincero o no, ella respetaba sinceramente al anciano.
Ella le contó al abuelo lo que le había pasado esa noche.
Para no causarle problemas a Mauro, no mencionó que él había llegado después.
Don Lisandro frunció el ceño al escuchar y dijo: “Hija, es culpa del abuelo que hayas caido en peligro. Pero de ahora en adelante puedes ir tranquila a la escuela, nadie te molestará.”
Esa declaración era suficiente para Azula. En cuanto a cómo el anciano manejaría a Helena, Azula prefirió no preguntar y simplemente agradeció: “¡Gracias, abuelo!”
Don Lisandro tomó la mano de Azula y le dio unas palmaditas suaves, “Hija, ese bribon de Mauro puede ser un poco tremeso, pero tiene buen corazón. Tú tienes que intentar conocerlo mejor. Realmente espero que ustedes dos puedan
Hegar a quererse
Ante el gentil anciano, Azula asintió obedientemente, “Abuelo, lo intentaré con todo mi corazón.”
“va es tarde, quédate a dormir aquí esta noche. Por la mañana pediré al chofer que te lleve a la escuela, dijo Don Lisandro sin darle la oportunidad de rechazar. Luego, ordenó al mayordomo, “Lleva a Azula a la habitación de Mauro.”
Azula no pudo negarse, “Abuelo, que tenga una buena noche de descanso también.”
El Sr. Lisandro sonrió, “Sí.”
Jamás se le cruzó por la cabeza a Azula que esta noche, Mauro también estaría presente.
