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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1666

Capítulo 1666

En aquella noche, Azula y Mauro no habían pegado ojo en toda la noche.

Pero gracias a su juventud, se levantaron como si nada.

Mauro se arregló rápidamente y salió de la casa.

Azula tuvo que esperar a que él terminara de usar el baño para poder usarlo, así que se tardó un poco más en salir,

Para su sorpresa, al salir se encontró con Aitana esperándola.

Parecía que Aitana había venido a propósito, “Mi niña…”

Altana la observó detenidamente, notando cómo las mejillas de Azula estaban sonrojadas como si hubieran sido acariciadas por el rocio, “¿Dormiste bien anoche?”

Azula asintió con la cabeza y dijo: “Gracias por preocuparte, tía, dormí muy bien.”

Aitana la miró fijamente y luego le pidió, “Camina un poco para que pueda verte. “g2

Azula no entendia cuál era la intencion de Aitana, pero obedeció.

Apenas habia dado dos pasos cuando escuchó la voz severa de Aitana, “¿Mauro te tocó anoche?”

Azula se asustó y abrió los ojos con sorpresa, negando con la cabeza, “Tía, todavía no estamos casados, él no se

atreveria.”

Aitana se enfureció, “Si Mauro no te toca, ¿por qué no tomas tú la iniciativa?”

Azula balbuceo, “Yo…”

Aitana continuó, “Azula, no me digas que no sabes cuál es el verdadero motivo por el que tu familia Mandes te envió a la familia Pinales. No te trajeron para ser la señorita de la casa. Tu propósito es darle a Mauro su primer hijo varón.”

Azula se quedó en silencio.

Aitana pregunto, “Antes de mandarte para acá, ¿tu madre no te enseñó lo que debías hacer?”

Azula apenas pudo susurrar, “Tía, yo…”

Se lo habían enseñado, claramente.

Pero cómo iba a hablar Azula de algo tan vergonzoso.

Después de todo, apenas tenía dieciocho años.

Aitana insistió, “Si te lo enseñaron, ¿por qué no lo aprendiste?”

Azula calló.

Aitana se impacientó, “¿Te quedaste muda?”

Azula apenas murmuró, “Lo siento!”

Aitana resopló, “Eres tan torpe que no sirves para nada. Después de las clases, pasaré por ti para darte una lección. Si esta vez no aprendes y no tienes un hijo de Mauro en seis meses, entonces podrás largarte de mi vida.”

Azula abrió la boca como si quisiera replicar, pero finalmente no se atrevió.

Entonces, de repente, la voz de Mauro sono detrás de ellas.

Tanto Azula como Aitana se estremecieron al escucharlo, “Maurito, solo estoy pensando en tu futuro,” se justificó

Aitana.

Mauro se acercó lentamente hacia ellas, con pasos firmes. “Tía, sé muy bien lo que hago y ya soy un adulto, no necesito que nadie planee mi vida por mi.”

El rostro bonito de Altana se puso rojo y luego pálido por las palabras de Mauro,

Éluego miró a Azula y le recordó: “Te explique las cosas anoche, ¿y ya lo olvidaste? ¡Vaya que eres una cabeza hueca!”

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Azula ce disculpó, “Lo siento!”

Quería resistitse. pero no podía. Sin el amparo de su familia y sin medios para defenderse por sí misma, cualquier Intento de rebelión solo le traería más problemas.

De repente, Mauro se acercó a Azula,

Extendió su brazo y la atrajo hacia sí, “Azula, no lo olvides, eres mi prometida. Donde quiera que estés, representas mi nombre, no puedes dejar que cualquiera te falte al respeto.”

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