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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1633

Capítulo 1633

Mauro se enderezó, dejando caer la pierna que descansaba sobre la otra, se puso de pie para marcharse.

Alano lo llamó, “¿Ya te vas, Maurito?”

Sin mirar atrás, Mauro respondió, “Sí, ya me voy.”

Alano no estaba interesado en prestarle más atención a Mauro, toda su atención estaba puesta en la joven hermosa frente a él, “Oye Joaquín, firmemos el contrato ahora mismo. Si es posible, quiero que Azula comience a dar clases a mi hermano menor desde mañana en mi casa.”

Joaquín estaba más que dispuesto, pero tenía que considerar la opinión de Azula, “¿Qué dices, Azula?”

Con mucha cortesía, ella le dijo, “Señor Alano, como todavia estoy estudiando, solo puedo dar clases en mi tiempo libre.”

Alano se rio, “¿Señor Alano? No seas tan formal. Puedes llamarme simplemente Alano. Por tu acento, pareces ser de Mar Azul, ¿lograste entrar a la universidad en nuestra ciudad?”

No todos tenían la suerte de entrar a la Universidad de la Capital. Con un talento tan impresionante justo enfrente de él, Joaquín aprovechó la oportunidad para alardear un poco, “Nuestra Azula es de Mar Azul y con su propio esfuerzo entró a la Universidad de la Capital. Pasado mañana tiene que ir a la universidad para matricularse.”

Joaquín apenas conocía a Azula, pero a partir de lo que había visto en su currículo, no podía dejar pasar la oportunidad de hacerse el mentor, en especial con la frase “Nuestra Azula”.g2

Quería asegurarse de que todos supieran que él había descubierto su talento.

“Qué coincidencia, resulta que Azula es mi compañera de universidad.” Alano estaba encantado de que Azula asistiera a la misma universidad, pero lanzó una mirada fría y dominante a Joaquín, como diciendo, “¿Quién te pidió hablar? Ella es mi compañera de estudios y quiero hablar con ella en privado, así que mejor te vas ya.” Joaquin era un tipo astuto y podía leer la advertencia en los ojos de Alano.

Miró su reloj, fingiendo apuro, “Alano, tengo otros asuntos que atender, así que mejor me voy. Si tienes alguna duda, Azula puede explicarte.”

El chico, sin perder la oportunidad, puso cara de que no le quedaba más remedio, “Está bien.”

Joaquin se levantó, “Alano, es difícil conseguir un taxi por aquí, ¿podrías llevar a Azula de vuelta más tarde?”

Ella abrió la boca para decir algo, pero el chico no le dio la oportunidad de hablar, “No te preocupes. En casa tenemos muchos choferes, más tarde enviaré a alguien para llevarla de vuelta.”

El hombre se apresuró a salir, dejando a Azula sola.

Al verse frente a un chico de su misma edad, Azula se sentía algo nerviosa, “Sr. Alano, yo…”

Alano se acercó un poco más a ella, “Azula, ya quedamos que puedes llamarme por mi nombre. Si me llamas señor Alano otra vez, me voy a enojar.”

Ella se movió un poco más hacia el lado, aumentando la distancia entre ellos, “Alano, voy a enseñar a tu hermano, ¿qué tal si hablo con él primero?”

Él se acercó más cuando ella se alejó, “Mi hermanito todavía es muy pequeño, él no entiende de estas cosas. Habla conmigo y luego yo hablaré con él.”

Osvaldo intervino, “Hermano, ya no soy tan pequeño, tengo diez años. Si es mi maestra, puedo hablar con ella.” Alano se volvió y miró al pequeño con una sonrisa, “¿Terminaste tu tarea?”

Esa sonrisa era suficiente para hacer que a Osvaldo se le pusiera la piel de gallina, “Hermano.”

Catulo 1633

Si tienes que hacer la tarea, hazla bien. Rogarme en este momento no te va a servir de nada,” la expresión de Alano cambió de repente, “Dora, lleva al pequeño à su sala de estudio y asegúrate de que haga su tarea, si se distrae solo va a querer jugar”

Osvaldo, aunque era joven, sabla muy bien cómo eran las cosas. Su hermano no era tan aterrador cuando estaba enojado, pero sí cuando sonreía y en esos momentos, era mejor no provocarlo.

Dora también lo sabía y rápidamente llevó al pequeño Osvaldo.

En el espacioso salón ahora solo quedaban Azula y Alano, ella no podía evitar sentir que algo en el ambiente estaba fuera de lugar.

Instintivamente, apretó la correa de su pequeña bolsa, “Alano, Osvaldo tiene que estudiar, así que creo que yo también deberia irme.”

El chico respondió con un tono juguetón, “Él estudia, pero yo quiero conocerte a ti, eso es todo.”

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