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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1614

Capítulo 1614

Al abrir la puerta, ahí estaba la joven asistente, parada como un soldado en la entrada.

Al ver a Rosa, la recibió con una sonrisa y al levantar la vista y notar a Josef detrás de ella, se echó para atrás instintivamente.

“¿Por qué no entras? Hace frio afuera, ¿y si te resfrias qué? Le preguntó su jefa.

“No hace frio. Tengo buena salud, no me congelaré, Respondió la asistente.

Rosa no dijo más y se giró hacia Josef, “Me voy”

El hombre la abrazo y le dio un beso en la mejilla, “Está bien, más tarde iré directo al aeropuerto, no pasaré a verte.”

Rosa asintió con la cabeza y se marchó con la asistente..

En el ascensor, la asistente dijo en voz baja, “El Director Fermín me daba miedo.”

Ella no escuchó bien, “¿Qué?”g2

“Quiero decir que sabía que el Director Fermín estaba en tu habitación y no quería molestarles, por eso no entré.” Explicó la asistente.

Rosa le tocó la frente a la joven, “¿En qué estás pensando, niña?”

La asistente respondió, “¿Soy yo la que piensa mal? Mira esa marca en tu cuello, anoche no la tenías.”

La actriz rápidamente se ajustó la bufanda, cubriéndose aún más, “Niña, yo soy tu jefa, la que te paga. No me tienes miedo a mí, pero sí al tal Fermin, ¿no crees que puedo descontar de tu sueldo?”

“Eres muy buena, no me descontarías.” Dijo la asistente.

“Esta vez si lo haré, ya verás.” Amenazó su jefa.

“Me diste un buen bono de fin de año, no me dolerá perder un mes de sueldo,” contestó la asistente.

“Sigues contestando. ¿Crees que no me atreveré a descontarte?” Rosa la regañó.

“Ya está, ya está, me rindo. ¿Así está bien?” Concedió la chica.

¿Qué clase de jefa tenía?

La jefa la trataba como si fuera su propia hermana menor, jugando a ser la mala para asustarla, parecía que eso la hacía feliz.

Al salir del hotel, el día apenas comenzaba y las calles estaban vacías.

Pensando en que su jefa había terminado de trabajar tarde en la noche y que probablemente Josef no la había dejado en paz, la asistente sintió un poco de pena, “Rosa, todavía es temprano y hoy tienes un largo día de rodaje, debes estar cansada, podrías dormir un poco más.”

Ella se encaminó hacia la van estacionada fuera del lobby, “Los trabajadores se esfuerzan mucho, a veces hasta arman el set durante toda la noche y yo solo tengo que actuar frente a la cámara, no me toca hacer nada más. Comparado con ellos, lo mío no es nada.”

La asistente apuró el paso para seguirla.

Si la protagonista no se sentía cansada, ella, siendo una asistente, menos aún.

Rosa estaba filmando una telenovela de la época de los setenta ambientada en las montañas.

Para que la escenografía fuera más realista, eligieron una zona montañosa remota como locación.

Las escenas del día se rodarían en la escuela de un pueblito cercano.

Al llegar, Rosa descubrió lo atrasado que estaba el pueblo; estamos en el siglo XXI y la escuela apenas tenía tres aulas.

En un aula se hacinaban niños de dos grados diferentes y un solo maestro enseñaba tanto matemáticas como literatura.

Al parecer había una maestra muy querida por los niños llamada Azucena, que por coincidencia estaba enferma y descansando en casa, así que Rosa no pudo conocerla.

Los aldeanos no estaban acostumbrados a ver rodajes, así que había un buen número de curiosos y hasta el baño estaba abarrotado de gente.

Después de filmar algunas escenas, Rosa necesitaba ir al baño pero era imposible atravesar la multitud.

No le quedó más remedio que ir con su asistente a pedir usar el baño en casa de algún vecino.

Después de hacer sus necesidades, al caminar de regreso, vio a una joven campesina recogiendo verduras en la tierra.

La mujer vestía de manera sencilla, pero Rosa no pudo evitar sentir que esa silueta le resultaba familiar.

En la mente de Rosa, surgió la imagen de una persona.

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