Capítulo 1578
La camioneta que Carla conducía todavia era la misma Porsche roja que Enzo Farré le había regalado cuando trabajaba como su secretaria en Hércules Construcción Co.
Por la naturaleza de su trabajo, Carla solía salir poco, y aun menos conducía ella misma. Por lo que la Porsche todavía parecía nueva.
Una vez dentro del coche, Rosa miró a su alrededor y preguntó, “¿Sigues conduciendo esta Porsche? ¿Tu hombre no te ha regalado un coche nuevo?”
“Lo intentó, incluso quería asignarme un conductor, pero lo rechacé. Como alguien que creció en una familia modesta, a menudo no me acostumbro a estar rodeada de extraños. Normalmente conduzco sola cuando salgo, y solo llevo a doña Marta si Valeri viene conmigo,” le explicó Carla.
Rosa estuvo de acuerdo con esto, “Yo también. Cuando estaba filmando, no quería tener a un asistente conmigo. Pero no podía evitarlo, porque si no, había cosas que no podía explicar. Además, ¿por qué no trajiste a Valeri? Extraño a mi ahijado.”
“Valeri se está aferrando a su padre, quien lo llevó a una fiesta privada. Fue una reunión con Josef y algunos otros…” Carla sabía que Rosa no quería hablar de Josef, así que cambió de tema, “¿Cómo planeas continuar, Rosa? ¿Vas a seguir filmando?”
Rosa sonrió y dijo, “Debido a una lesión en la pierna, no he podido filmar durante casi un año. Ahora estoy tratando de concebir, y si logro quedar embarazada, eso implicará al menos otro año alejada de los focos.
No haber aparecido en público durante dos años, con tantos nuevos talentos emergiendo a quién va a importarle si vuelvo?”
“Rosa, creo que estás subestimando cuán grande es tu club de fanáticos. Además, aunque hay muchos nuevos actores, muy pocos de ellos son realmente buenos. Mucha gente espera tu regreso,” respondió Carla.g2
“¿De verdad crees que tengo talento para actuar?”, preguntó Rosa con curiosidad.
Carla le devolvió la pregunta, “¿Acaso compraste tu estatuilla de Mejor Actriz? Eso es un reconocimiento auténtico a tu talento…”
Rosa la interrumpió, “Realmente lo compré. Fue Josef quien pagó por ello.”
Carla estaba atónita, “¿Qué?”
Rosa continuó, “El patrocinador del festival de premios en el que gané era Josef. Estoy segura de que él maniobró detrás de escena para que el premio cayera en mis manos. De lo contrario, ¿cómo es que con tantos actores seniors delante de mí, me dieron el premio?”
Carla estaba conduciendo, así que no podia reprender a Rosa como quería, “Rosa, ¿no puedes tener un poco más de conciencia de tu propio valor?”
Rosa murmuró, “Es porque sé cuánto valgo por qué creo que gané el premio por tener conexiones.”
Carla trató de explicarle, “El premio que ganaste es reconocido tanto a nivel nacional como internacional como uno de los más prestigiosos. ¿Crees que Josef, como patrocinador, podría romper las reglas de tantos años y darte el premio?”
“¿Y si no es asi?”, preguntó Rosa a la defensiva.
Carla insistió, “Vi la película por la que ganaste el premio, y en mi opinión, creo que te lo merecías. Además, deberías leer más los comentarios en linea. ¿No dijo todo el mundo que lo merecías cuando ganaste?”
Rosa murmuró, “La opinión en linea podria ser también manipulada por Josef…”
Carla estaba a punto de perder la paciencia, “Rosa, ¿estás tratando de matarme de un ataque al corazón?”
Rosa no respondió a su cuestión.
Carla continuó, “Eres hermosa, tienes talento y un club de fanáticos que te ama y te apoya. Muchos matarían por estar en tu posición, ¿por qué no tienes confianza en ti misma?”
“No sé por qué, pero a menudo me cuestiono a mí misma,” admitió Rosa.
“¡Tienes que creer en ti misma! ¡Eres la mejor Rosa que hay!” Carla la animó con fuerza.
Rosa tomó una profunda respiración, “Está bien, ¡tengo que creer en mi misma!”
Justo entonces, el teléfono móvil de Carla sono.
Era Alejandro quien llamaba.
Ella respondió de inmediato, “Alejandro…”
La melodiosa voz de Alejandro llegó, “Ya reservé un salón privado para ustedes dos, ven directamente.”
Carla preguntó, “¿Josef te pidió hacer esto?”
Alejandro dijo, “Si.”
Carla miró a Rosa y Rosa dijo, “Susan también está allí, ¿verdad?”
Carla asintió.
Rosa respondió, “Entonces, vamos.”
“Está bien.” Carla hizo una pausa y luego preguntó, “¿Cómo están las cosas entre Josef y tu?”