Switch Mode

Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1574

Capítulo 1574

La estrecha escalera de la pequeña casa con estilo europeo que había construido era difícil de subir. Josef llevó a Enrique, que estaba ebrio como una cuba, hasta el tercer piso. Él se sintió un poco agotado nada más llegar.

Irma le seguía, ayudando a Josef a sostenerlo. “Josef, solo colócalo en la cama.”

Josef se agachó lentamente y puso a Enrique en la cama.

Irma le sonrió disculpándose, “Josef, gracias por tu ayuda.”

“Suegra, no es una molestia. Y si me quedo aquí y cuido de tu esposo mientras tú bajas para platicar con Rosa y sus hermanos.” Respondió Josef.

“Ya te hemos molestado mucho, no podemos seguir haciéndolo. Baja y acompaña a Rosa y sus hermanos y procura comer un poco más. Yo me quedaré aquí con él.” Dijo

Irma.

Josef preguntó con cierta vacilación, “¿Estás segura de que podrás hacerlo?”

Irma sonrió y dijo, “Lo he cuidado muchas veces en estos años, estaré bien.”

Josef lo pensó un poco, “De acuerdo. Entonces me voy.”g2

“Sí.” Irma lo vio irse, y luego de que bajó las escaleras, cerró la puerta rápidamente. “Enrique, Josef se fue.”

Enrique, que había estado ebrio como una cuba, se levantó de un salto y se sacudió el brazo. “Josef no se dio cuenta de que estaba fingiendo estar borracho, ¿verdad?”

“Ya eres como un hermano para él, no importa cuán inteligente sea, no podría darse cuenta de que estabas fingiendo estar borracho.” Irma respondió con una cièṛta resignación.

Enrique dijo, “Querida, creo que él está siendo bastante sincero, no parece que esté fingiendo.”

“Es cierto que es sincero, pero no creo que Rosa esté dispuesta a perdonarlo. Rosa fue la que se lastimó y casi perdió la vida. Nosotros no tenemos derecho a tomar ninguna decisión por ella, solo podemos ayudarla hasta cierto punto.” Irma suspiro y respondió.

Enrique dijo, “Pensamos en este plan para darles espacio a él y a Rosa, para que tengan la oportunidad de hablar… Abel es un poco tonto, ¿no estará estorbando allí?”

Irma sonrió y dijo, “Espera y verás.”

“¿Qué vas a hacer?” Enrique estaba confundido.

Irma respondió, “Le pediré a un amigo suyo que lo invite a jugar.”

Enrique todavía tenía dudas, “¿Crees que eso funcionará?”

“Lo he probado cientos de veces y nunca me ha salido mal.” Irma respondió con una sonrisa.

En el pasado, Irma había usado esta táctica muchas veces, y nunca había fallado.

Enrique observó como Irma sacaba su teléfono, abría su WhatsApp y enviaba algunos mensajes. “¿Va todo bien?”

Irma dijo, “Su amigo le pedirá que vaya a jugar con él en un momento. Esperemos unos dos minutos…”

Dos minutos después, Irma recibió un mensaje de WhatsApp del amigo de Abel y su expresión se oscureció ligeramente.

“¿Ha ido como lo planeaste?” Preguntó Enrique de nuevo.

Irma le mostró el teléfono, “El amigo de Abel dice que él no quiere jugar.”

“¿Este chico, realmente no quiere jugar sabiendo lo adicto que es a los videojuegos,?” Enrique apenas podía creerlo.

Irma respondió, “Su amigo dice que Abel quiere pasar tiempo a su cuñado, ya que en el futuro podrá jugar videojuegos e incluso abrir una empresa de videojuegos si hace feliz a Josef…”

Enrique miró el mensaje, expresando sus profundas dudas. “¿Cómo es que Abel es tan astuto? No se parece en rada a nosotros dos, ¿a quién se parece?”

Irma le lanzó una mirada sesgada y preguntó, “¿A qué te refieres?”

“No me malinterpretes. No me refiero a eso.” Enrique se apresuró a explicar.

“Enrique, no pienses que, porque tenemos invitados en casa, no te voy a regañar.” Irma dijo.

“¡No me atrevo!” Respondió Enrique.

Irma le dio un fuerte pellizco, “Si vuelves a decir tonterías, no te lo perdonaré.”

Enrique se frotó el brazo en el que sentía un dolor inmenso y dijo: “¿Cómo me atrevería?”

Irma resopló, “Bueno…”

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset