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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1538

Capítulo 1538

El mismo se encargaba de organizar su tiempo de estudio, sin necesidad de que su familia o maestros se preocuparan por hacerlo

Rosa dijo: “Entonces sigue jugando, voy a dar un paseo“.

Abel estuvo de acuerdo y dijo: “Me parece bien, cuidado mucho. No te vayas muy lejos, porque si decidimos imnos, nos marcharemos sin ti”,

Rosa respondió tímidamente y, a escondidas, metió una caja de chicharrones en su bolso y se puso unas gafas de sol

Bajo del coche y dio de vueltas antes de llegar al lado del coche de Josef. Le entregó la caja entera de chicharrones: “Me ayudaste antes, asi que este es mi regalo de agradecimiento“.

Josef no lo aceptó: “¿Puedo elegir mi propio regalo?”

Rosa preguntó: “¿Qué es lo que quieres como regalo?”

Josef señaló el asiento a su lado: “Siéntate y charlemos un rato“.

Rosa dudó por un momento antes de sentarse a su lado “¿De qué quieres hablar?g2

Antes de que Josef pudiera hablar, sonó su teléfono.

En la pantalla del teléfono se podía leer “Mauro Pinales“.

“Tengo una llamada de Mauro, por favor déjame contestarla primero“, dijo antes de contestar a la llamada

Rosa se levantó y dijo: “Voy a dar un paseo“.

“No es necesario“, Josef la atrajo de vuelta a su lado, pasó su brazo alrededor de su cintura de manera casual y contestó la llamada “Mauro, ¿qué pasa?

La voz de Mauro se podía oír a través del teléfono, con su habitual arrogancia y tono extraño. También mezclado con un poco de impotencia “¿No estás en Mejorada del Campo?”

Josef respondió: “No, en este momento no me encuentro alli“.

Mauro le preguntó Fuiste a Bariloche a buscar a tu ex esposa?”

El teléfono no estaba en altavoz, por lo que Rosa no podia oir lo que decía, pero Josef todavia la miró por instinto “Si”

Mauro dijo: “Enzo ahora tiene una esposa e incluso un hijo. La relación entre Noé y su esposa sigue siendo tan buena como siempre

Te divorciaste de tu esposa y todavía tienes la desfachatez de ir a buscarla. No importa si ella te tolera o no, al menos puedes verla y saber que está bien.

Soy el único que…”

Mauro sonrió y continuó: “Ni siquiera sé si mi esposa está viva o muerta“.

Josef le preguntó: “¿No se decía que ella todavia estaba viva?”

Mauro suspiró “Como dice el dicho: si está viva, quiero verla. Si está muerta, quiero ver su cuerpo Si aún está viva, ¿por qué no puedo encontrar ninguna pista sobre ella?”

Josef no dijo nada.

Mauro continuó Josef, en los anteriores años, nosotros cuatro solíamos reunirnos antes de las vacaciones de Navidad. El año pasado no pudimos hacerlo por alguna razón, ¿qué tal si nos encontramos este año?”

Josef respondió: “No tengo problema, podéis elegir el lugar y la fecha y yo estaré alli”.

Mauro le propuso. “Enzo tiene una familia y es dificil para el viajar, así que vamos a reunimos en Ciudad de Puerto Mussani. Luego llamare a Noé para decirselo”

Josef estuvo de acuerdo “Está bien“.

Justo cuando Mauro iba a colgar, Josef lo detuvo, diciendo: “Mauro…”

Mauro se sintió un poco curioso “¿Hay algo que quieras decirme?”

Josef dijo: “Antes no entendia cómo te sentias, pero ahora lo hago. De todos modos, espero que la encuentres y que podáis aclarar todo en persona“.

Mauro no respondió, simplemente sonrió y colgó.

Josef guardó su teléfono y volvió a mirar a Rosa.

Hoy ella estaba excepcionalmente tranquila. Él la abrazaba y ella no lo rechazaba, ni pensaba en huir: “Rosa, ¿estás dispuesta a darme una oportunidad?”

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