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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1193

Capítulo 1193
Ya era hora de terminar el trabajo, y solo quedaban Enzo y Carla en la oficina del jele.
Enzo levantó su mano, suavemente apartó el cabello suelto de la frente de Carla hacia atrás de su oreja, y preguntó. “¿Ya terminaste con los trámites de tu renuncia?”
Carla asintió, “Sí. A partir de ahora ya no serás mi jefe, ya no tendrás la oportunidad de mandarme.”
Enzo sonrió, “A partir de ahora, seguiré tus órdenes.”
“Bien. Entonces salgamos a cenar esta noche. Acabo de ganar un buen dinero, quiero invitarte a cenar.” Carla se apoyó en su brazo.
Enzo respondió, “Está bien.”
“¿Qué te gustaría comer?”, preguntó Carla.
“No soy quisquilloso, cualquier cosa que quieras estará bien.”
“¿Seguro que no eres quisquilloso? ¿Acaso olvidaste que hasta eres quisquilloso con el agua que bebes?”
Carla no sabía cómo Enzo se atrevía a decir que no era quisquilloso.
Enzo respondió, “Ser quisquilloso era cosa del pasado. Ahora que estoy contigo, siento que todo sabe delicioso.”
Eso hizo que Carla se sintiera muy dulce. Se puso de puntillas, acercándose a sus ojos, “Yo también. Todo sabe delicioso cuando estoy contigo.”
Enzo la rodeó con sus brazos, la levantó e hizo que ella se pegara a él.
“Carla…”
Porque estaban muy cerca, su aliento rozó suavemente la punta de su nariz, haciéndola sentir cosquillas, todo era muy intimo.
Carla pensó que él iba a besarla, y cerró inconscientemente los ojos.
Pero en lugar de su beso, lo que escuchó fue su risa suave, “¿Qué es lo que siempre estás pensando?”
Carla abrió rápidamente los ojos, mirándolo con enojo, “Hmph, si no quieres besarme, está bien, pero no te rías de mí, no quiero hablar contigo.”
Para su sorpresa, tan pronto como terminó de hablar, los labios apasionados de Enzo cubrieron los suyos.
Él la besó muy apasionadamente.
¡Sí, apasionadamente!
Muy pronto, Carla siguió su ritmo, perdiéndose en su beso.
Cuando terminaron de be sa rse, la mente de Carla estaba un poco aturdida.
Luego escuchó a Enzo riéndose de ella, “Eres tan buena aprendiendo en el trabajo, ¿por qué aún no has aprendido a besar después de tanto tiempo?”
Carla no dijo nada.
¡Este hombre era demasiado!
¡Hasta se burlaba de ella por no saber cómo besar!
La personalidad de Carla la llevó a no aceptar la derrota, así que Carla se lanzó hacia Enzo.
Ella imitó su movimiento y lo besó de vuelta.
Después del beso, levantó la cabeza, “¿Quién dice que no sé cómo besar?”
“Hmm, una joven con potencial.”
Enzo se frotó los labios que Carla había mordido, sus ojos detrás de las gafas de montura plateada estaban llenos de diversión.
“¡Eres un hombre astuto!”
Carla de repente se dio cuenta de que él la había enfurecido.
Enzo abrazó a la furiosa Carla, riendo tanto que su pecho temblaba, “¿Cómo puede ser tan adorable mi Carla?”
Tan adorable que quería devorarla.
Tan adorable que quería protegerla por el resto de su vida, para que estuviera libre de preocupaciones.
Tan adorable que solo con mirarla, podía sentir una felicidad inmensa.
Carla dijo, “No voy a discutir contigo más. Tengo hambre, vamos a comer.”
“Está bien.”, respondió Enzo.
Enzo nunca esperó que el restaurante que Carla eligió fuera el mismo que hace un año, cuando aún no sabían quiénes eran el uno para el otro, Carla, como su asistente. había reservado para su cita con Sra. Farré.

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