Switch Mode

Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1189

Capítulo 1189
A Carla le dolía el corazón solo de pensar en un futuro sin Enzo.
Y a Enzo, igual.
Ahora se daba cuenta de que el dolor del corazón era más insoportable que el físico.
Este dolor se extendía desde lo más profundo de su ser hasta cada rincón de su cuerpo, haciendo que su corazón se sintiera entumecido, como si no le perteneciera.
Deseaba más que nada cumplir su promesa a Carla, estar con ella todos los días de su vida, envejecer juntos.
Esperaba que cuando ambos tuvieran el cabello blanco, todavía pudieran pasear juntos por el jardín.
Pero sabía que su tiempo se estaba agotando.
Por eso, tenía que ser firme en llevar a cabo su plan, sin margen para ech ar se atrás.
Enzo se esforzaba por controlar el dolor que sentía en su corazón, y apretaba la mano de Carla. “Seguimos caminando un rato más, ¿vale?”
Carla envolvió sus manos alrededor de las de él y contestó, “Vale.”
Cruzaron el amplio césped sombreado, y frente a ellos se extendía el infinito mar.
Las Brisas del Mar estaba situado en un lugar perfecto, justo en el centro de Mussani, desde donde se podía disfrutar tanto de la bulliciosa ciudad como de la pintoresca vista al mar.
Carla sabía que estaba cerca del mar, pero esta era la primera vez que lo veía, especialmente ahora, al atar decer, con el mar resplandeciendo dorado a lo lejos. Era increíblemente hermoso.
“Alejandro, jesto es tan hermoso!”
“¿Te gusta?” Enzo la miró, sus ojos brillaban mientras observaba la vista, hermosa y cautivadora.
No pudo resistirse y la besó en la frente.
Carla se distrajo de la vista y volvió su atención hacia él. Se puso de puntillas y le dio un suave beso en la comisura de sus labios. “¡Me encanta! ¡Me encanta la vista, pero te amo aún más!”
Desde que se dio cuenta de sus sentimientos, Carla siempre fue abi erta sobre sus emociones, y le decía a Enzo cuá nto lo amaba.
No solo quería decirselo a él, sino a todo el mundo, que eran marido y mujer.
“Una vez me mencionaste que querías hacer pública nuestra relación, y yo estaba un poco preocupada, así que no quería. Pero ahora estoy lista, quiero que todo el mundo conozca nuestra relación. ¿Qué te parece?”
Ahora, a Carla ya no le importaba cómo la gente pensaba que había llegado a ser la asistente especial del Director Farré.
Ahora, lo único que importaba para ella era Enzo.
Al escuchar las palabras de Carla, el corazón de Enzo se retorció de dolor, y después de un momento, respondió, “Está bien, yo me encargaré de
esto.”
“Haré lo que me digas.”
Carla lo llevó a un comedor cercano y se sentaron juntos. Estaban justo frente al mar, apoyándose el uno en el otro.
Así estuvieron durante un rato, juntos en silencio, viendo cómo el atar decer se desvanecía lentamente y la noche caía.
La luz detrás de ellos aún estaba encendida, proyectando largas sombras de sus cuerpos abrazados.
Carla rodeó la cintura de Enzo con un brazo.
Pensaba que, aunque no hicieran nada, simplemente estar sentada a su lado será suficiente.
Justo entonces, el teléfono de Enzo sonó.
Sacó su teléfono diciendo: “Necesito tomar esta llamada.”
Carla asintió.
Lo vio leva nta rse y caminar a un lado para atender la llamada. No podia oir lo que decía la otra persona, solo escuchó su voz baja decir: “Mmm, entiendo.”
Luego colgó y volvió hacia ella, con una mirada compleja en sus ojos.
Carla preguntó: “¿Es algo que tiene que ver conmigo?”
Enzo asintió, volvió a sen tar se a su lado y tomó su mano de nuevo: “Quiero hablar contigo sobre tu madre biológica.”
Carla lo miró, después sonrió amargamente: “Me vas a decir que ella fue asesinada, ¿verdad?”
Enzo preguntó: “¿Cómo lo supiste?”

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset