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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 104

Capítulo 104

Ella no cumplia con lo que decía, entonces quién tenía derecho a decidir?

Carla no queria responder, Enzo probablemente podia ad vinar lo que ella pensaba, pero insistió en que ella diera la respuesta, “Te estoy preguntando a tlahoma“.

A Manuel no le gustaba que su tesoro fuera “maltratado por otros, miró a Enzo de reojo, “Drector Farré, si tu esposa te perdonará o no, tendrás que preguntarle a ela, lo que diga mi Carlita no cuenta“.

“¿Tu Carlta?“–djo Enzo con una mirada penetrante y sombría detrás de sus gafas de montura plateada.

Carla era su esposa, ¿cuándo se convirtió en la de otro?

Algunos sentimientos hostiles sólo pueden ser detectados entre hombres, y Manuel sintió que este hombre llamado Enzo era una presencia peligrosa, “Si, mi Carlita, nos conocemos desde niños“.

Irene, deslumbrada por la belleza, no se dio cuenta de la tensión entre las dos hombres y continud. “Director Farré, ¿quieres saber algo sobre Carlita cuando era pequeñita?”

Carla estaba harta de Irene, “Ire, el Director Farré está muy ocupado, no tiene tiempo para escuchar estas tonterías“.

Pero Enzo estaba muy interesado, estaba interesado en todo acerca de Carla, “Vamos, cuéntame

Irene, entusiasmada, dijo: “Cuando Carlita tenia unes onco o seis años, tenia sed y quería beber aqua, pero bebió por emor el aguardiente que abuela Lidia estaba preparando. Se emborracho y se arrastro por la casa como una oruga jubjuajua…..”

“Ire, si no cierras la boca, verás cómo te trato esta noche, amenazo Carla con enojo. S. Ire seguia hablando, Enzo sabría todas las cosas vergonzosas de su infancia.

Irene se apoyo en el pecho de Carls, “De hecho, quero que me trates, pero además de golpearme un poco, ¿qué más puedes hacer?… Aunque podemos salr juntas a divertirnos“.

Carla rápidamente le tapó la boca. Irene no había tenido novio, pero su boca era muy audaz y no había nada que no se atreviera a decir.

Cuando los tres estaban juntos, bromeaban sin problemas, pero ahora estaba Enzo también.

Manuel dijo a propósito, “Escuché que el Bar Coco tiene algunas caras nuevas, algun dia los levaré a ambos a divertirse

¿Estaban locos estas dos hoy?

Carla rápidamente lo interrumpió, “Manu, ¿ya sabes a qué parrilla vamos? Quiero reservar una mesa“.

“Vamos a la que siempre vamos, está cerca“, dijo Maruely estacionó el auto en frente del restaurante, dejándolos bajar primero mientras él buscaba un lugar para aparcar

Aún no habian entrado al restaurante y ya podian oler el intenso aroma de la carne a la parrila. Carla miró a Enzo, “Director Farré, ¿de verdad puede comer esto?”

Enzo dijo: “Si tú puedes comer, ¿por qué yo no?“.

Carla, “…”

Está bien, como si no hubiera preguntado.

Entraron en el restaurante, ya habia pasado la hora pico y no había muchos dientes. Carla eligió una mesa grande en la esquina

Carla limpió el asiento con una toalla de papel una y otra vez, y cuando estuvo seguro de que estaba impio, le dijo a Enzo. “Director Famë, siéntese primero“.

Enzo se senté de verdad, Carla se sentó a su izquierda, vio la toallita caliente que traia el camarero y le indicó que se la diera a él primero.

Después de limpiarse las maños, Carla comenzó a pedir la comida. Sabla que Enzo no podia comer cosas grasosas, asi que planeaba pedir platos más ligeros, Justo Cuando estaba a punto de pedir, llegó Manuel, Qué sentido tiene pedir platos ligeros cuando vas a comer carne

asada?“.

Carla dijo: “Manú, el Director Farré no puede comer cosas grasosas, pidamos algo más ligero“.

Manuel desafiante miró a Enzo, “Siel Director Farré realmente no puede comer cosas grasosas, entonces pidamos algunos platos ligeros para acompañarla carne asada“.

Lo que los hombres no pueden aceptar son dos palabras ‘no puedo“. Enzo no fue la excepción, “Lo que ustedes coman, yo también comere“.

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